
Además, la energía geotérmica es muy barata en comparación con la que se genera a base de hidrocarburos. Otra de sus ventajas es que colabora con las metas del país en cuanto a carbono neutralidad, ya que es energía renovable.
Actualmente, en Costa Rica se están aprovechando cerca de 220 MW de generación eléctrica con fuente geotérmica, sin embargo el potencial remanente de este tipo de energía se calcula en unos 600 MW. El problema radica en que la mayoría de fuentes se encuentran en parques nacionales y la legislación vigente impide actividades de este tipo en áreas protegidas, con lo cual se desaprovecha el recurso geotérmico.
En tanto, los consumidores demandamos cada vez más energía eléctrica, la demanda alcanza un crecimiento histórico cercano al 5% anual. Según estimaciones del Ministerio de Ambiente y Energía en los próximos 10 años se necesitan unos 9000 millones de dólares para atender la demanda eléctrica. Si consideramos que los precios del petróleo tienden al alza, la única vía coherente para atender esta demanda, consistiría en ofrecer a los consumidores precios competitivos con energías de tipo renovable.
En respuesta a esto, en la corriente legislativa hay dos proyectos de ley presentados por la exdiputada Maureen Ballestero, que buscan autorizar al ICE para que desarrolle proyectos geotérmicos en las áreas de conservación Guanacaste y Arenal – Tempisque. En dichos proyectos se establece que el único ente autorizado para aprovechar este recurso sería el ICE, quien podrá utilizar una parte de los terrenos de los parques nacionales Rincón de la Vieja y Tenorio, a fin de desarrollar sus proyectos de generación geotérmica y a cambio deberá compensar al área de conservación con un terreno igual o mejor en cuanto a extensión y presencia de ecosistemas. A su vez, el ICE dará al Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) y al área de conservación involucrada al menos el 6% de los ingresos producto de la venta neta de electricidad generada en ese proyecto.
Estas iniciativas no solo buscan
dotar al país de una energía más estable, limpia y de bajo costo, que atienda
la creciente demanda eléctrica nacional, sino que también inyectarían de
recursos económicos al SINAC para el desarrollo de sus actividades en beneficio
de la conservación del medio ambiente. La innovación tecnológica y la gran
capacidad de los profesionales del ICE permiten que estos proyectos geotérmicos
sean poco invasivos, utilizando extensiones de terreno pequeñas y con el menor
impacto posible en el ecosistema intervenido.
El
ICE ha avanzado en la vía correcta desarrollando proyectos que se encuentran
fuera de los parques nacionales, aún quedan unos 250 MW por desarrollar en
estas zonas y pasarán varios años en el
diseño, construcción y puesta en operación de estos proyectos.
Pese
a ello debe darse la discusión abierta,
transparente y sin fundamentalismos de estas iniciativas de ley, procurando el avance en el trámite legislativo con el
fin de aprovechar en un futuro la
energía geotérmica existente en las áreas de conservación.
Los
proyectos de este tipo requieren de largos periodos de gestación y puesta en
marcha, no obstante los consumidores demandamos energía robusta, de calidad y a
precios accesibles cuanto antes. El país debe crecer y desarrollarse, por ende no
puede dejar de planificar hoy sus necesidades del mañana, que, por cierto, está
a la vuelta de la esquina.