domingo, 25 de agosto de 2013

Energía eléctrica: un problema de todos

Los costarricenses sumamos a nuestro cúmulo de preocupaciones un nuevo invitado: el constante aumento en los precios de la energía eléctrica. Con zozobra, la población recibe la noticia de que en los últimos 14 meses el costo de la electricidad ha crecido un 38%.

Las razones son varias y el problema tiene muchas aristas. Una de ellas es el uso de derivados del petróleo para la generación eléctrica. El panorama se agrava cuando la inestabilidad de las condiciones climáticas obliga a las plantas de energías renovables a disminuir su producción y se echan a andar las centrales térmicas para dar abasto.

Si bien el uso de hidrocarburos para generación eléctrica representa únicamente un 8% de la producción total, eso tiene un alto costo económico. Solo en los primeros cuatro meses de este año el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) gastó cerca de $125 millones en ese rubro, lo cual engrosa la factura petrolera del país. Mientras tanto, las naciones productoras de combustibles, por lo general, tienen tarifas eléctricas muy bajas porque generan electricidad subvencionada por su actividad petrolera pero, sin duda, ese no es nuestro caso.

Con el fin de abastecer la creciente demanda de electricidad, el ICE trabaja en un plan de expansión ambicioso que ha sufrido retrasos importantes por trabas burocráticas. Es evidente que en materia de producción energética hay mucho trabajo por hacer, como, por ejemplo, diversificar la generación, pues Costa Rica depende de la energía hidroeléctrica.

Pese al elevado índice de consumo, poco se habla sobre alternativas que contribuyan a reducir la demanda. Es necesario ejecutar campañas para hacer conciencia en la población sobre el desperdicio irresponsable de energía en los hogares, producto de prácticas como tiempos excesivos en la ducha, iluminación poco eficiente, equipos conectados en modo stand by y mal uso de cocinas eléctricas, entre otras acciones. Cerca del 40% de la electricidad generada se consume en uso residencial, mientras el resto se distribuye entre la industria, los servicios y otros sectores.

En la industria, también es posible producir con mayor eficiencia incorporando equipos y prácticas que permitan ahorrar energía, como ocurre en Japón -que es un referente mundial-. Por ejemplo, se estima que la industria japonesa produce una tonelada de acero con solo la mitad de la energía utilizada porla industria china para el mismo fin. Japón podría ser una fuente de cooperación técnica y de transferencia de conocimientos a la industria costarricense para que produzca de manera más eficiente. En Latinoamérica, el país asiático ha suscrito acuerdos de cooperación en el marco de lo que se conoce como Diplomacia de Recursos con Chile y México, a quienes ha asistido técnica y económicamente.

Por otra parte, sería idóneo que el sector público y privado propicien el ahorro de electricidad. Algunos países han establecido reglamentos para promover el uso responsable de equipos de aire acondicionado y escaleras eléctricas. En El Salvador, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Gobierno desarrollaron conjuntamente un plan piloto para reducir la demanda energética en edificios públicos. El resultado es una disminución de hasta un 30% del consumo en las instituciones participantes.

Si el ICE logra cumplir las metas establecidas en el plan de expansión y los consumidores ponemos nuestro granito de arena, consumiendo energía de manera responsable y eficiente, la situación energética del país tendría un mejor escenario, con tarifas más cómodas. ¡A dos sogas no hay toro bravo!

jueves, 13 de junio de 2013

Geotermia en Parques Nacionales

La energía geotérmica es aquella que puede obtenerse aprovechando el calor del interior de la tierra, en alta entalpía se pueden obtener temperaturas superiores a 150 °C, que calientan las capas de agua profundas y permiten aprovechar la presión del vapor para mover las turbinas de generación, produciendo energía eléctrica.

Este tipo de energía es muy estable porque no depende de factores climáticos -su producción es constante durante casi todo el año-, contrario a otras fuentes de generación como la hidroeléctrica, eólica y solar que varían según la época del año o las horas del día, dada su dependencia de factores como la cantidad de agua en las cuencas, régimen de vientos y la radiación disponible, respectivamente.

Además, la energía geotérmica es muy barata en comparación con la que se genera a base de hidrocarburos. Otra de sus ventajas es que colabora con las metas del país en cuanto a carbono neutralidad, ya que es energía renovable.

Actualmente, en Costa Rica se están aprovechando cerca de 220 MW de generación eléctrica con fuente geotérmica, sin embargo el potencial remanente de este tipo de energía se calcula en unos 600 MW. El problema radica en que la mayoría de fuentes se encuentran en parques nacionales y la legislación vigente impide actividades de este tipo en áreas protegidas, con lo cual se desaprovecha el recurso geotérmico.

En tanto, los consumidores demandamos cada vez más energía eléctrica, la demanda alcanza un crecimiento histórico cercano al 5% anual. Según estimaciones del Ministerio de Ambiente y Energía en los próximos 10 años se necesitan unos 9000 millones de dólares para atender la demanda eléctrica. Si consideramos que los precios del petróleo tienden al alza, la única vía coherente para atender esta demanda, consistiría en ofrecer a los consumidores precios competitivos con energías de tipo renovable.

En respuesta a esto, en la corriente legislativa hay dos proyectos de ley presentados por la exdiputada Maureen Ballestero, que buscan autorizar al ICE para que desarrolle proyectos geotérmicos en las áreas de conservación Guanacaste y Arenal – Tempisque. En dichos proyectos se establece que el único ente autorizado para aprovechar este recurso sería el ICE,  quien podrá utilizar una parte de los terrenos de los parques nacionales Rincón de la Vieja y Tenorio, a fin de desarrollar sus proyectos de generación geotérmica y a cambio deberá compensar al área de conservación con un terreno igual o mejor en cuanto a extensión y presencia de ecosistemas. A su vez, el ICE dará al Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) y al área de conservación involucrada al menos el 6% de los ingresos producto de la venta neta de electricidad generada en ese proyecto.

Estas iniciativas no solo buscan dotar al país de una energía más estable, limpia y de bajo costo, que atienda la creciente demanda eléctrica nacional, sino que también inyectarían de recursos económicos al SINAC para el desarrollo de sus actividades en beneficio de la conservación del medio ambiente. La innovación tecnológica y la gran capacidad de los profesionales del ICE permiten que estos proyectos geotérmicos sean poco invasivos, utilizando extensiones de terreno pequeñas y con el menor impacto posible en el ecosistema intervenido.

El ICE ha avanzado en la vía correcta desarrollando proyectos que se encuentran fuera de los parques nacionales, aún quedan unos 250 MW por desarrollar en estas zonas y pasarán varios años en  el diseño, construcción y puesta en operación de estos proyectos.

Pese a ello debe darse la discusión abierta,  transparente y sin fundamentalismos de estas iniciativas de ley, procurando  el avance en el trámite legislativo con el fin de  aprovechar en un futuro la energía geotérmica existente en las áreas de conservación.

Los proyectos de este tipo requieren de largos periodos de gestación y puesta en marcha, no obstante los consumidores demandamos energía robusta, de calidad y a precios accesibles cuanto antes. El país debe crecer y desarrollarse, por ende no puede dejar de planificar hoy sus necesidades del mañana, que, por cierto, está a la vuelta de la esquina.